sábado, 9 de octubre de 2010

Astronomía


necesitaba enamorarme de mi.
pero solo tu sabias que el sol en sagitario me hace
muy odioso. también Marte tuvo que ver, se lo
ser odiado, respetar el todo
culpare al destino por tu buena suerte.
insistiré en que estaba dicho, porque no estuviste segura
si algo nos alejo fue la búsqueda que comenzamos
en la noche apropiada para amarnos
si algo nos separo fueron los caminos.

Basado en ASTROLOGIA de ZOL



no quería yo enamorarme de ti.
pero todos sabemos que la luna en tauro nos hace un
poco más amorosos. también venus tuvo que ver, no se
sabe estar quiero, no respeta nada.
no culpes al destino de nuestra mala suerte.
no insistas en que estaba escrito, porque estoy segura
que si algo nos unió fue la coincidencia de encontrarnos
en el día inapropiado para odiarnos.
si algo nos unió fueron los astros.

Por el placer tan vano,
que me causar sentirme unido a ti,
incluso en la contrariedad de nuestro lazo.

viernes, 8 de octubre de 2010

Crónica de una batalla imaginaria.

Hace días me encontré en una pequeña fantasía. Las aulas me encierran en con su hedores a conocimiento, aquellos que me rodean murmuran entre ellos, algunos utilizan el fulgor de sus voces cual faros con la simple intensión de captar nuestra atención. Sueño con los ojos abiertos que puedo ver con ellos como de la boca de algunos surgen ideas con vida propia que me rodean. Largos brazos manosean constantemente mi cabeza, me giran con locura, con ira me exigen que los mire de frente. En algún momento, aquellos que hace unos momentos hablaban, me  observan mediantes, esperan, como esperando que mis propias ideas surjan de estos labios. Que la batalla comience. Que de forma ensangrentada,  animal,  tiránica despedace una a una sus ideas.
Lo que no saben estos valientes capitanes, es que esas ideas que arremeten con violencia solo despiertan en mí  una excitante curiosidad, una imperante necesidad de objetivarlas, de transformarla o destruirlas de la forma más romántica. Dejare que mi boca se abra y escupa los peores monstruos de mi mente. Que la batalla comience. Que el vencedor se absorba por sus instintos. La masacre épica comienza en el momento en que estos labios pierden contacto mutuo. Clamo violencia verbal.
Cuando el fulgor mengua, los largos silencios indican que está por terminar. La lucidez regresa e mis ojos,  mi mente se deslumbra con mi angustiante realidad. Solo deseo cual vil coleccionista que las palabras victoriosas sean capaces de regresar a mi mente. Con tristeza veo que la victoria causo bajas, valientes palabras vencidas regresan con la cabeza baja, listas para morir, listas para ser remplazadas con aquellas prisioneras que hoy hago mías una a una. La tranquilidad regresa a nuestros rostros al ver que nuestros deseos fueron saciados. Podemos vernos a los ojos. ¡Contemplad ahora la belleza de esta batalla!
Después del festejo, después de la batalla, del clamor y la bebida. Me despido de mis aliados mientras ofrezco una digna revancha a mis oponentes. Pido al magnífico que cada una de esos rostros hermosos, que todos ellos se entierren en mi memoria, que cada una de mis elucidaciones despierten en sus almas el cálido aliento de la amistad. Porque no, también pido que en alguno surja el récor absoluto que clame revancha, que un digno oponente sea capaz de levantarse en ideas capaces de vapulearme, que dignifique mi derrota y me permita resurgir.
Un tierno beso ha sellado tal evento con la promesa de un recuentro. La batalla por fin ha terminado, la excitación ha desaparecido de mis ojos, la calma se apodera de mi cuerpo. Solo el recuerdo reaviva tal violencia, cada célula de mi ser reclama tal emoción, pero mi mente y alma reclaman tranquilidad. Es momento de retirarse prepararse y esperar por nueva guerra. Por hoy las armas deberán ser guardadas, las palabras deberán ser dominadas. 

martes, 5 de octubre de 2010

Indignación.


¿Porque te vistes de muerte?
¡Respóndeme!, ¿dime de que estas hecho?
Vagas cual desecho,
Sin corazón que lata en tu pecho,
Hiedes a muerte, a odio.

Que nadie reclame por estos inocentes,
Estaban en la hora equivocada, o en el sitio equivocado.
No…
Que nadie te lo reclame
Aunque ellos estaban donde debían estar
En digna paz, en tranquila existencia.

Te vistes de muerte solo para caminar por este mundo
Desalmado animal con instintos equivocados
Tan bajos, sucios tan equivocados…
Inocentes acribillados…

¡Responde! ¿Qué matas?
¿A nuestra patria?