domingo, 30 de enero de 2011

Melancolica experiencia

Palacio de Bellas Artes Ciudad de México DF.

Tomo el saco rápidamente mientras verifico que los boletos estén en mi bolsillo, mientras que narcicismo gana una batalla frente al espejo repaso lentamente la agenda, y espero no olvidar nada. Salgo apresurado pues sé que tengo el tiempo medido. Atiendo el teléfono mientras ocupo mi asiento.  
–Te veo en la casa no se te olvide- comienzo la conversación sin dar tiempo al saludo.
-Está bien ya estoy lista, con cuidado-, Ale se nota inquieta.
-Si no te apures voy con tiempo de sobra-. Al bajar del auto bus me recibe de golpe la ola de calor, el cambio climático es cada día más evidente en esta enorme urbe. El metro vacio como pocas veces lo he visto. El camino es corto y sin contratiempos. Por fin hay que bajar solo me resta tomar un taxi que me lleve a casa.
- Ya llegue, donde estas… wow que guapa-.
Mientras gira Ale me asombra al ver la belleza de mujer en que se ha convertido -Pues como me dijiste que era formal me vestí así, pese que el vestido era demasiado-.
-Te vez perfecta vámonos- .
-Solo chaca qel carro y caliéntalo te alcanzo deja guardo tus cosas en tu cuarto-.
 -Sale, hay que ir por  Luis y Aby-.
El tedio del trafico cotidiano de la capital nos da un pequeño respiro, recogimos a nuestros acompañantes como estaba pactado, sin más tiempo ni retrasos nuestro itinerario se cumplía, incluso le ganamos tiempo. La suerte nos permitió llegar a nuestro destino con la misma tranquilidad de toda la travesía. Estacionamos el automóvil cerca de nuestro destino, solo unos pasos, el Palacio de Bellas Artes se levanta tan blanco como las nubes, el reflejo es tan intenso que lastima los ojos, es imposible a primera vista observar los detalles de Art deco que cubren la fachada. Es momento de entrar, cierto nerviosismo recorre mi cuerpo hace mucho que no visito el recinto, me pregunto si mis acompañantes disfrutaran del concierto.
La Orquesta Sinfónica Nacional prepara la segunda fecha del primer concierto de la temporada del 2011. Caminamos inquietos, nos refugiamos el uno con el otro, Ale y Aby, mis hermosas acompañantes no paran de mirar a su alrededor.
-Primo vienes seguido- pregunta Aby un poco intimidada y bajando la voz.
- Trato pero hace mucho que no vengo a un concierto- . Los cuatro tomamos nuestros asientos mientras Luis cuchichea al odio de de Aby y esta no tarde en hacerlo en el de Ale. Los miro un poco intrigado y apenado pues se que están hablando de mi.
– De que se ríen- es que solo te vemos así en fiestas y funerales, te ves decente jajaja- no puedo evitar sonrojarme más  y reír tímidamente.
La solemnidad se apodera del público y las luces poco a poco bajan. Una vez más los artistas demostraron su calidad, punto y aparte el recital de violín de Serge Prokofiev. Cuando tan grata degustación acústica, la mayoría de los asistentes salió un una sonrisa en cara. Mientras nos encaminamos a nuestros nuevos destinos, como siempre lo he hecho, clavo la mirada en tan imponente escenario analizando en cada paso que doy mi alrededor.
Es aquí donde mi pequeño relato toma otro rumbo, es innegable que mis acompañantes disfrutaron del concierto, incluso se aventuran, me piden que se repita de nuevo pero que esta vez se en la noche, las mujeres claro tendrán que hacerlo con poco más de elegancia mientras que nosotros tendremos que usar la etiqueta. El objetivo de mi plan fue cumplido al final, Ale pudo distraerse, le vi sonreír como no lo ha hecho en muchos días, me da gusto. Han pasado solo unas hora y en este momento nos arropamos en la cama los dos ella duerme tiernamente mientras el televisor se encuentra prendido en la emisión dominical de Los Simpson.
A pesar de tan bella experiencia mi cabeza no puede descansar.  Por primera vez tomo esta oportunidad, por primera vez abro este espacio para demandar y hacer notar la tragedia de la que fui testigo. Tal vez no sea un experto en música clásica, pero es claro que la orquesta no podrá brillar como lo hizo en años pasados. Su calidad no está en duda. El recinto sí. Lamentablemente el palacio de bellas artes ha sufrido una herida muy grande después de su remodelación. Lo primero que me salta a la vista es la baja calidad de los materiales. Triplay que tomo el lugar de la hermosa tarima de cedro y nogal que formaba enduelado del edificio, luces que carecen de la calidez necesaria, es imposible reconocer los detalles de tan bellísima sala. Y lo que más lamento es los mayúsculos de los crímenes. La acústica del lugar es horrible, no comprendo como uno de los edificios más bellos de mundo, un lugar al que grandes maestros y grandes orquestas han idolatrado. No entiendo bien la física del la acústica, pero hasta el odio menos entrenado se daría cuenta, si alguno de los presentes tuvo la oportunidad de asistir a una concierto de esta índole en el pasado, coincidirá conmigo en estas aseveraciones.
El final del concierto hizo que mi vista no parara de analizar minuciosamente las remodelaciones que están a la vista. Triste y lamentable es esta situación, un acto más de corrupción en este país, un acto que debe ser castigado, y a la brevedad solucionada. Invito a todos aquellos que tenga a su alcance una próxima vista a este histórico palacio lo hagan, para que puedan constatar de tan atroz situación. Espero que las voces calificadas se unan a esta protesta.