Observo el carnaval de tu vida correr en frenética locura,
entre profanas elocuencias y religiosas necesidades.
Un loco día de alcohol y drogas es una vana consecuencia,
depravación derroche y lujuria son los comparases de su vida.
Melodiosos compases alimentan el fuego de sus labios,
derraman la miel de sus labios.
Mujeres libres sin traumas ni tabúes.
Hombres esclavos de deseos carnales.
La noche es la reina caída,
hoy tu juventud gobierna como sutil preámbulo,
el final de tu humanidad.